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lunes, 30 de junio de 2014

Los perros y los gatos también pueden ser el amor

Voy a comprar panchos
atrás mio espera la madre verdadera de mi perra
ella sabe que soy yo
quien se la cuidó y devolvió sana y salva
sin una puta lágrima emocional.
Hace un año,
casi exactamente
me desprendí de ese ser amadísimo con la posibilidad de no verlo nunca más.
Uno a veces tiene ese tipo de gestos
los deja ir,
como si nada,
aún sabiendo que serán una de las mejores cosas
que le pasaron en la vida.
Ella sabe que soy yo
y yo se que es ella
pero el bullicio de la gente que entra y sale en el local
nos permite la indiferencia,
nos permite hablar con desconocidos
comprar
intercambiar:
dinero,
objetos,
burocracia,
nada de amor.


ph; Mar Sanchez Rial

sábado, 28 de junio de 2014

Los anacronismos del amor

De los anacronismos del amor
queda sólo un brazo vacío
con pelitos cortitos y medios rubios.
Una mano con una muñeca libre
para hacer lo que se le cante.

De los anacronismos del amor
quedan esas frasecitas cortas
en las libretitas que regalaban
en la esquina,
saliendo de la playa de Monte Hermoso
mientras la arena finita se metía
en el motor de los cuatri,
en la funda de la sombrilla,
en los palitos de la reposera.


De los anacronismos del amor
le queda un mate rosa
que le regalé a modo de omnipresencia
y que seguro lo usa
aún hoy
todos los santísimos días.

De los anacronismos
me guardo unos marcos de cuadros
que tienen adentro
apiladas
como siete fotos
y un atrapasueños
con plumas y dos bolas rojas.

una bandera hecha en forma de pareo
tres piedritas recolectadas
que guardan algún tipo de energía.

De los anacronismos del amor
quedan esas nimiedades,
chiquititas,
que mal acomodadas ocupan espacio
y molestan a la madrugada
cuando estiro la mano,
para apagar la alarma
y encender de nuevo,
la luz.

viernes, 27 de junio de 2014

Las mujeres usan medias en Gibraltar



A las cinco de la tarde,
todo parece darse los mismos lujos.
Las pendejitas de la vuelta chillan con unos instrumentos de plástico
y todo se cierra en las únicas y conocidas tres dimensiones.
Las plantas son las mismas en Mercedes y en Jujuy,
con esto le hago burla a la señora del vivero,
y a su esposo carilindo que fuma de una pipa importada- un regalo de Navidad de su hijo desde la la Habana.
El calor que nos engañó de nuevo,
se vuelve húmedo y se termina entrometiendo siempre entre la piel y algunas partes del cuerpo.
No llueve ni va a llover,
eso para algunos no deja de ser una buena señal,
un buen augurio .


El verano largó justo en este fin del mundo,
nadie le prestó la atención que se merecía.
Ahora bien, si se venga,
estamos –todos- fritos.

jueves, 19 de junio de 2014

"Samskara"


Había una vez la historia de un tipo
que se fue a una casa en medio de la nieve
para olvidarse de su novia
que le rompió el corazón.
La novia nunca se sabrá quien es
el tipo es Bon Iver.

Había una vez la historia de una piba
que se fue a dar una travesía en medio de la nieve
para olvidarse de cómo
ella le había roto el corazón
a su ex novia.

Había una vez una canción
que escribió un tipo
que se fue a vivir a una casa en medio de la nieve.

Había una vez un tren que iba por encima de la nieve
dónde iban dos pibas
que empezaban a  ser novias.
Una le puso un auricular
con la canción de ese tipo
la canción no hablaba sobre la nieve
sino sobre el bosque y los lobos.

La otra la miró sin pronunciar palabra en su lengua
le comio la lengua
como forma de decir
que después de un rato
le comió la boca.

Despúes el tren paró en medio de la pradera.
A La otra le gustaba contar historias
porque decía que ahí se traspasa un HAUS
una confianza
una historia es un regalo hecho con palabras
entonces le relató a la Una la historia sobre
el casamiento hindú.

“Se quedan mirando una hora,
sin pronunciar palabras con sus lenguas
despúes se las comen.
Los casamientos generalmente son en las praderas
porque el frio
connota la soledad
espanta los lobos
y a los hidues -que saben de rituales-
les hace pensar en corazones rotos".

martes, 17 de junio de 2014

El síndrome del Darling

Lo que debo tener adentro es “el síndrome del Darling”.
“A mi me gustaría compartirte todo”,
les decía yo, con cara de buenaza.
Pero el mundo es no-concluso
no identitario
incomprensible.

Cada vez que mi amiga pide un deseo,
una abeja distribuye polen
y los huesos de mi viejo
desaparecen por la tierra.

Todo eso pasa al mismo tiempo
sin darnos espacio para elegir que mirar
o tiempo para mirar más detalladamente
ninguno de esos procesos.

Lo que debo tener adentro es el monstruo del Darling
que me pide a gritos ser polen y abeja
que no me deja quedarme quieta para pensar
en cuan tóxico es el aire que trago
cuando cruzo de la verdulería a casa
y a la inversa
en una operación casi infinita que he repetido en los últimos años.

Yo debo tener algo adentro
que de vez en cuando me conduce al “estado del Darling”
que me pone a mirar fija la abeja que he querido ser
que me hace dar pena el cansancio de la abeja
y el polen desperdiciado en ese tránsito repetitivo
a lo largo de su historia natural.

Me dan pena las abejas,
y el polen
y el aire que sin darme cuenta trago.
Eso sí me da pena, me congoja y no tanto los huesos de mi viejo,
que se pierden como el polen en la tierra.

lunes, 16 de junio de 2014

Tu día se hizo mundial

En la casa es otoño
en la casa de paredes altas y gastadas por el tiempo y sus historias.
En la casa de habitaciones gigantescas con techos inalcanzables en los oficios exóticos de los veranos.
Es otoño y es abril,
afuera la luz del sol empieza a caer a eso de las siete,
“Mirá que rápido” le digo, “a eso de las siete”.
Nos vestimos con ropas intermedias
nos sacamos, 
nos ponemos.
El olor a asado del fondo se confunde con el pasado y la humedad; el ruido a chapa vieja de los autos que no maneja ni vende más hace tantos años ;la latosa sensación de que ese tipo nunca más va a venir.
Hay cuerpos que siempre fueron extranjeros,
sin embargo hoy el tiempo parece no sosegarse en sus revoluciones diacrónicas.
Me veo en los lugares que también fueron mi contorno,
mi yo contorno,
achino los ojos para pensar 
el entrecejo se enmaraña con las líneas de la cara y las arrugas nuevas,
llego a una conclusión provisoria:
“las hojas caen acá siempre con el mismo temperamento”.
Eso en estos tiempos 
funciona como un silbido de continuidad atenuante.
Ir y volver y volverse a ir
en un juego de divertimentos,
en eso aparece también la frase del primer autor:
JotaCé diciendo que el amor es como un rayo
que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.

Flor Lopez. Inédito de POEMAS de ENTRECASA